I.

La nueva realidad económica y política que avanza progresivamente hacia Asia del Este y Asia Pacífico, sin olvidar el valor estratégico de Asia Menor y Asia Central, no dejan duda de la reasignación de activos en temas centrales como el crecimiento económico, crecimiento per cápita, fabricación de manufacturas, exportación de bienes, acumulación de reservas mundiales, contribución al crecimiento mundial, disminución de la pobreza, creación de clases medias etc., que antes dominaban los países europeos y Estados Unidos, y ahora han pasado a ser encabezados en cuanto a su impulso por Asia del Este y China. 

 

Estos cambios están generando una nueva realidad económica, al igual que un nuevo mestizaje económico, comercial, político y social de difícil predicción, al involucrar en su transformación no solo bienes y servicios digitales, sino por incluir en su intercambio a poderosas civilizaciones que comparten y compiten día a día en un escenario mundial de grandes retos. 

 

Asia del Este, junto con China, y Occidente con Estados Unidos, viven con intensidad una competencia geopolítica que ya dibuja posiciones estratégicas de largo plazo. Brics, One Belt One Road (OBOR) (una integración, un camino), la Asociación Económica Integral Regional (RCEP, por sus siglas en inglés) etc., son algunas de las políticas de integración de una Asia del Este y una China audaz e inclusiva.

 

El Diálogo de Seguridad Cuadrilateral (QUAD por sus siglas en inglés), el grupo conformado por Australia, Reino Unido y Estados Unidos conocido también como AUKUS, el Marco Económico Indo-Pacífico (IPEF por sus siglas en inglés) etc., nos hablan también por parte de Occidente de un reordenamiento de posiciones entre dos zonas geopolíticas hoy enfrentadas por el liderazgo del siglo XXI. 

 

La guerra Rusia-Ucrania, estallada el 24 de febrero de 2022, independientemente de su resultado, ha sido un evento que ha venido a evidenciar con el peor de los escenarios la confrontación que se vive ya en un nuevo mundo auroasiatico.

 

El choque económico-político del Atlántico y el Pacífico, más allá de sus avances y retrocesos, es un evento de la mayor importancia que está impactando de manera directa a la agenda pública y privada de todas las naciones de la nueva sociedad global. 

 

En cualquiera de sus escenarios, sus efectos seguirán sintiéndose de manera directa en la vida económica, política y social de los diversos países, como ya sucede a la fecha. 

​

II.

 

El choque económico político entre China y Estados Unidos se presenta ya como un hecho cierto, lo que sigue es ver el reacomodo de estos dos nuevos bloques que en su ascenso y declinamiento estarán construyendo el libreto de una nueva sociedad global dentro de un tiempo que no será fácil para nadie.

 

La historia de las civilizaciones, como de las hegemonías, nunca ha sido lineal. Son muchas las razones que explican las causas de la aparente debilidad occidental y el posible resurgimiento asiático, como también son muchas las posiciones que analizan un tema abierto que está lejos de ser cosa jugada. La sociedad global tendrá que seguir muy atenta para ver como un mundo agobiado por razones inéditas, resuelve de una manera razonable la gobernabilidad de la primera mitad de este tiempo nuevo.

En temas económicos de comercio, de desarrollo industrial, de economía digital, etc., junto con las nuevas tendencias geopolíticas, será muy importante para el país la realización de un benchmarking puntual respecto a la región asiática que ha registrado los más altos crecimientos económicos, tecnológicos y sociales de los últimos cincuenta años.